DE LAS CENIZAS NACIÓ EL FUEGO
Estábamos lejos,
muy lejos.
Una inmensa llanura
nos separaba.
Tú te quedaste allá
en tu puente iluminado,
y yo me quedé aquí,
entre la sombra
y los sollozos.
Eran humo mis palabras
para tu amor,
y como niebla que pasaba
mis miradas.
Te alejaste silencioso
de mi estancia;
y yo había preparado
estas páginas
para amarnos los dos.
Aún mi puerta
espera por tus pasos.
Yo te recuerdo
en aquel fuego
que surgió de los años
consumidos
en las cenizas.
Dime,
¿Aún guardas
el cilicio de tu alma
por mi alma?
¿Aún recuerdas
mi nombre?
Oigo canciones
que vuelan
como campanas
al viento,
que regresan.
Y yo te siento volver
en mis ruegos,
y yo te siento llorar
con mi llanto.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
De mi poemario
"El árbol invencible"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112