domingo, 25 de junio de 2023

Mi novio eterno


MI NOVIO ETERNO

Ya no rondas mi halo ensombrecido
lucero de mis añejas mañanas,
que te quedaste con tu duelo en el camino.
Ya no estás como antes confesándome secretos,
mi novio eterno.

Dicen que te han visto por los parques
arrastrando tu soledad,
esperando a tu linaje escogido
que ya no va en tu búsqueda.

Oh ingratos hijos
por quienes entregaste toda tu sangre,
no rescatan más tu presencia
en alguna alabanza.

De la oración se ausentaron
y le dieron la espalda
a tu tierno llamado.

Eres tú mi primer amor
escondido en los escombros
de mi alma enferma de ausencia.

Allá en la montaña seguirá mi voz
clamando por tu piedad.

Quiero volver a tus misterios,
a tu dolor que me hablaba,
oh flor del mediodía,
inocente y manso clavel;
te azotaron los vientos
y la indiferencia de los tuyos,
holló tus sagrados pétalos
tu blanca hermosura,
y diáfana esperanza.

Hasta ahora el cilicio de tu alma
se refleja en la aspereza de tus vestiduras,
por los pecados de tu pueblo,
oh Santo Maestro,
muchos han olvidado tu triunfo
sobre el imperio de la muerte,
andan ciegos, caminando a tientas;
porque cambiaron tu luz de amor
por las amargas tinieblas.

Ingrid Zetterberg

Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo

De mi poemario
"Nuestro huerto de música y versos"

Derechos reservados

 

sábado, 3 de junio de 2023

El triunfo de la vida

 


EL TRIUNFO DE LA VIDA

El ángel perverso y oscuro
que camina por los montes,
que se arrastra
por el filo del abismo;

lejos ha sido arrojado,
lejos de mi alma,
para que yo beba
del fruto
del árbol de la vida.

Jehová, mi Dios,
habita en las alturas.
Él me llama al hoy,
al después,
y al mañana.

Él tiene preparado
un enigma
entre sus manos
para mi alma dichosa.

Él centellea silencioso
dentro de mí.
Él ensancha mi espíritu
y conoce mi sentir.

Mi Dios
tiene un secreto
muy guardado
sólo conmigo.
Mi sed está saciada.

La vida es su regalo
para mí.
Él me guarda
de oscuros lazos.
Él es Dios, mi Dios.

Quiero que lo sepa
el abismo.
Quiero gritarlo
en el cosmos.

Que he abrazado
la vida.
Que ha venido sobre mí
con vestidura de paz
y regocijo.

Que ha puesto
su instrumento
de música
entre mis brazos,
y ha coronado
en esta mañana
con su arco de triunfo
mi cabeza.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado
Padre celestial

De mi poemario
"El árbol invencible"

Derechos reservados