NADIE TE VENCERÁ
Mi amor, ¡Cuánto te he perdido!
tu resurrección es el único camino
para volver a encontrarnos.
Tiempo hace que no conversas conmigo.
¿Me desechaste de tu abrigo?
así parece, mientras mis lágrimas
las enjugo en solitario.
Antes te cantaba alabanzas,
ahora estás desconocido.
Ya no vienes con el toque de tu amor
hacia mis brazos vacíos.
Mas tu resurrección es mi esperanza
en aquel domingo
que me mostraste tus llagas.
Triunfaste sobre el enemigo,
sobre la oscura muerte
que pretendía tu castigo.
Ya nadie podrá vencerte.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
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