SU SERENA PIEDAD
El Rey me llamó
celoso de mis versos,
pues él ansiaba la adoración
de mi alma.
Y yo acudí gozosa
y de su belleza prendada.
¡Ah, cómo lo siento
en aquel canto!
Pues ya me envuelve
su Espíritu elevado.
Sus ojos turquesa
me seducen...
¡Ah su piedad serena
mi corazón de paz ha colmado!
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesús
No hay comentarios.:
Publicar un comentario