LA FUENTE
Una fuente
en mi visión
cobra vida,
como si naciera
de mi misma.
Hay palomas
adormiladas
al borde de sus aguas
que tu mano agita.
Luego el silencio.
Y es tu voz
que se alza
y recorre mi alma.
Hay paz
en las miradas.
Eternidad
en las aguas
que acaricia
tu mano.
En la blanca fuente
los pececillos
ondean.
Son dorados,
son celestes.
Y tú me hablas
de la vida nueva;
de ver con tus ojos
lo que va
gestándose.
Sentados
junto a la fuente,
donde viene
a beber
nuestra mutua
soledad,
tú me anuncias
un eterno
amanecer.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
De mi poemario
"El árbol invencible"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112
Que bonita dedicatoria a Nuestro Señor Jesus, El te ama mucho por las oraciones tan dedicadas que le brindas.
ResponderBorrarUn abrazo grande!
Gracias amiga Hadita por estar presente entre mis versos y dejarme tan bella respuesta que aprecio bastante. Un abrazo afectuoso.
BorrarTus poemas elevándose al cielo es una forma bonita de hacer oración. Que el Señor te bendiga amiga!
ResponderBorrarGracias Enca por visitar mis versos y dejarme tan linda respuesta que valoro mucho. Un abrazo amiga.
BorrarQuería Ingrid.
ResponderBorrarMe ha gustado leer tu dedicación al señor. Siempre es el que nos calma nuestro dolor y la sed, amiga mía.
Un abrazo de buenas noches.
Mónica
Así es, querida amiga Mónica, nuestro Dios siempre será el que calme nuestra sed y nos de paz en la aflicción. Gracias por recorrer mis versos y dejarme tan bonita respuesta. Un abrazo.
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