EL OLEAJE
¡Qué poco te he buscado!
en esta insensatez
de vida,
en que el oleaje viene
y golpea
y me cubre con su sal amarga.
Te espero.
Estoy con mi leve luz
encendida,
aguardando a que tú amanses
las aguas
de esta inmensa noche.
Mientras los versos
se me mueren esperando,
en esta hora vacía,
sin nombre.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Padre celestial
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