DESTERRADA DE TU ALMA
Me siento sola,
en el destierro.
Tú me has desechado.
Me dejaste
en la mitad del camino,
junto a las piedras amargas
con tu huella
impresa en mi alma.
Y voy vagando
sin encontrarte
en esta inhóspita tierra,
infecunda.
¿Quién me diera
a comer
un poco de tu pan?
Mis manos abrirían
nuevas ventanas.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
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