EN EL DÍA SOÑADO
Cuando yo creo
que ya todo oscurece,
que ya no hay lirios blancos
en mi paisaje,
tú vienes a mí
y me sorprendes;
traes en tus manos
un nido tibio
de pájaros celestes.
Y se abre
como una flor silvestre
tu perdón.
De un capullo ignoto
se encendió la luz
y ofrendó sus pétalos puros
a mi alma oscurecida,
a mi alma atravesada
por el cuchillo del dolor.
Y una gran esperanza
aleteó sus alas de plata
sobre mi balcón.
Y descendieron
aguas aromáticas
para que yo bebiera
de tu paz.
En el día soñado,
yo espero...
Y azules campanas
tañerán desde lejos
anunciando aquellos pasos
húmedos de lluvia,
que se ausentaron.
Y rebosará
de voces y risas
mi ardiente morada.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
Bello homenaje al Señor Jesús, un canto pleno de amor.
ResponderBorrarmariarosa
Gracias estimada Mariarosa por estar presente entre mis versos y dejarme tan hermoso comentario. Un abrazo.
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