NADA TEMAS
Era tarde.
Te busqué entre alabanzas,
y no visitaste
mi estancia.
Pero tus manos
como azucenas heridas
me buscaron,
y hallé tu sonrisa
en mi quebranto.
Tu abrazo,
tu silencio
que me habla,
diciendo:
"Nada temas,
aún guardo para ti
las gemas más pulidas
de mi alma".
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario