¡SI PUDIERA ENTENDER!
Una flor solitaria
entre la hierba
y a pleno sol,
me dice callada
que allí está
tu mano presta.
Voló la semilla
y se incrustó en la tierra.
¿Qué suma de átomos,
qué misterios ignorados
en este "simple
acontecimiento",
en apariencia?
¡Si pudiera entender
que soy como la flor!
Pasajera
en el sendero
de tus huellas,
pero clavada
en la paz
de tu pensamiento;
me abandonaría
en tu descanso,
despojada del miedo.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Padre celestial
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