SI NO ME AMARAS
Cada verso triste
que mi alma vierte
debo aceptarlo
resignadamente
como una necesidad.
Se sacia mi espíritu
en las letras
que me dicta tu presencia,
dulce cantor
de mirada serena.
A ti te debo esta agonía,
este despertar,
que a la vez me das la luz
y te muestras celoso
de mi lira.
De tu mano voy
en este peregrinaje
que es la vida;
y si tus ojos no me amaran,
el dolor me aniquilaría.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
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