domingo, 9 de enero de 2022

¡Todo es Él!


 

¡TODO ES ÉL!


¡Qué oscura sensación
de vacío interior,
tras unos versos que nada son!

Escribir, ¿para qué?
Eso no calma la sed
traspasada de angustia.

Encuentro desazón
en las horas mustias
que me trae
en las alas del tiempo
mi triste inspiración.

Pero hay paz en Dios.

Y en las suplicantes flores
matizadas de vida,
de sus amadas manos,
me llama con amor
a vivir con él en comunión.

Lo que no hallo en la poesía,
lo que no me sacia en las rimas,
lo descubro suavemente
en la mística oración.

¡Que todo mi ser sea de Dios!

INGRID ZETTERBERG


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