MI SEÑOR Y MI DIOS
Vuelve ya amado Jesús
necesito tu abrazo,
la soledad me sigue los pasos,
y sin ti nada quiero.
Envuélveme en tu perfume
mientras el oro refulgente
de tus vestiduras
va cegando mis ojos.
Desciende hacia mí
no me escondas tu hermosura,
oh, rubio de Galilea
estoy enamorada de tu belleza.
Hay un dolor en mí que atraviesa
los caminos,
que no cesa.
Y ya no sé si te he perdido.
Si volviera como antes aquel idilio,
a formar parte de mi vida,
me sentiría protegida.
No me ignores te lo pido.
Jesús, el Majestuoso, el Grande,
el que se estrecha con mi alma
anhela llevarme,
pero yo le ruego que antes me sane
de las heridas que me impuso el destino,
de las sombras que se acercan,
del pecado que acecha
y que es mi enemigo.
Vuelve Jesús, mi Rey, mi Protector
que te espero con mi dolor a solas
con mi cansancio entre las horas.
Siempre serás mi Señor y mi Dios.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Señor Jesucristo
Derechos reservados




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